Este ano faremos o Camiño dende Lugo. Será do 16 ao 20 de xullo. Se vos animades, falade connosco antes do 22 de xuño, para poder organizar todo.
As etapas serán:
- Lugo - San Romao de Retorta.
- San Romao de Retorta - Vilouriz.
- Vilouriz - Arzúa.
- Arzúa - Arca.
- Arca - Santiago de Compostela.
Deixámosvos aquí uns vídeos de distintas etapas deste tramo.
¿Cómo te lo diría, amigo?
ResponderEliminarLos cristianos no se diferencian ni por el país donde habitan, ni por la lengua que hablan, ni por el modo de vestir. No se aíslan en sus ciudades, ni emplean lenguajes particulares: la misma vida que llevan no tiene nada de extraño. Su doctrina no nace de disquisiciones de intelectuales ni tampoco siguen, como hacen tantos, un sistema filosófico, fruto del pensamiento humano. Viven y se adaptan a las tradiciones locales lo mismo en el vestir que en el comer, y dan testimonio en las cosas de cada día de una forma de vivir que, según el parecer de todos, tiene algo de extraordinario”. (vid. Autor desconocido, Siglo II-III, Carta a Diogneto)
Hay quien piensa que desde que «Augusto» Galerio, allá por el 311, seis días antes de morir por un cáncer en la garganta, emanara un airado decreto con que detenía la persecución de los cristianos, es decir: desde que salen de las cuevas donde se escondían, el cristianismo ha dejado serlo, al menos con un estilo como el expuesto al principio.
Sin embargo, yo creo que esto es fruto de un cierto pesimismo y de falta de una santa terquedad en la búsqueda de una forma de vida que nos llene plenamente y que puede estar muy cerca de nosotros pero que no la vemos porque no queremos salir de nuestros “límites” y no queremos aceptar que sólo un Infinito puede llenar otro infinito.
Llevo toda mi vida viviendo entre creyentes-practicantes mezclados con cristianos-no practicantes y otros, más o menos definidos o, tal vez, nada definidos. Pero en los últimos años he tenido la fortuna de ir encontrando, casi cada día, más y más personas que viven de forma diferente, y no he tenido que ir muy lejos, ni siquiera he tenido que ir a buscarlos, ellos estaban aquí, a mi lado casi día a día, lo que pasa es que yo algunas veces, ni los veía, pero ellos se hicieron los encontradizos.
Me siento un privilegiado por haber podido disfrutar de la compañía de un grupo que en lugar de “aislar” acoge; que en lugar de “disquisiciones intelectuales” habla de lo que siente su corazón; que en lugar de presumir de lo que hacen, tratan de pasar el mérito a otros; que en lugar de presumir de lo importantes que son –que lo son- quieren pasar desapercibidos. Hoy me siento honrado de haber encontrado este pequeño “resto” que me enseñan con su manera de vivir que también fuera de las catacumbas sigue habiendo en el día de hoy, seres que tienen algo de extraordinario.
Hace unos días algunas de estas personas recorrieron parte del Camino de Santiago y lo hicieron con la misma fuerza de los primeros cristianos y de la misma forma que viven el día a día, poniendo en práctica esa preocupación por el compañero, esa sonrisa de comprensión para el que la necesita; una disposición interior para comprender y aceptar la forma de ser del otro, tratando de ponerse en su lugar; aportando ese ánimo de aquí estoy, contigo voy, que puede llegar a ser como unas nuevas alas.
En fin, amigos, cómo podría deciros que siento que hay esperanza para el Amor. Cómo podría deciros a vosotros que lo hacéis posible, cuanta gratitud siento por lo que me habéis dado. Cómo podría deciros, que cuando os veo juntos siendo sinceros, alegres, bondadosos para juzgar y ambles para escuchar siento que allí donde ha habido un hermoso trigal, si planto y abono bien, no tardará en haber para otra siega.