jueves, 2 de junio de 2011

CARTA A CÓRDOBA

Querido Córdoba:
Hace tan sólo unos días recibí una llamada telefónica, una de esas llamadas que uno nunca quisiera recibir, en la que me decían que acababas de dejarnos.
Sabía, desde hacía tiempo, que estabas muy enfermo, y que, tarde o temprano, este momento iba a llegar. Pero, ya ves, uno nunca está preparado para la partida de un buen AMIGO.
Ahora, que estás tranquilo y en paz, me gustaría darte algo. Algo más. Un último regalo. Nunca es tarde para recibir regalos, ¿no crees?. Quisiera darte las GRACIAS por todo lo que me has dado a mí y a los míos.
GRACIAS por tu amistad, por tu generosidad, por tu bondad, por tu comprensión, por tu afecto, por tu ayuda, por tu paciencia, por tu esfuerzo, por tu dedicación, por tu entrega, por tu sencillez, por tu dignidad, por ser tú mismo. GRACIAS por todos y cada uno de los momentos que hemos tenido la suerte de compartir.
Nada más. No quiero hacerme pesada. Decirte simplemente que espero, esperamos, haber estado a la altura, y que SIEMPRE, SIEMPRE estarás en nuestros corazones.
GRACIAS de nuevo, AMIGO. Algún día nos volveremos a encontrar.
Un fuerte abrazo;
Raquel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Reservámonos o dereito de determinar se algún comentario non debe ser publicado, co obxectivo de manter un diálogo respectuoso, enriquecedor e fluido.